Campo de Trabajo 2008


La Compañía de María desde su equipo de Pastoral, me ofreció la posibilidad de vivir durante un mes entre las comunidades de Paraguay compartiendo la vida durante este tiempo con el pueblo Paraguayo.

Estuve en Asunción, la capital de Paraguay, viviendo en uno de los barrios más sencillos y en Santa María donde me aloje en la vida de un pueblo rural.

Fuimos 6 voluntarias acompañadas de dos hermanas de la Compañía de María. Todas decidimos montarnos en este mismo tren con la maleta llena de ilusiones, incertidumbres, ganas de trabajar, y sobre todo, llenas de sonrisas e ilusión, que estábamos dispuestas a repartir allá donde fuéramos.

 

Mis recuerdos esta divididos en dos lugares; Asunción y Santa María de Fe(Misiones). En ambos sitios sentí la gran acogida y el cariño tanto del pueblo paraguayo como de las hermanas que nos acogieron en sus casas para poder vivir esta experiencia. He sido participe de cómo se acercan a su realidad y ponen mil y un granito de arena. Nos enseñaron a dar gratuitamente lo que gratuitamente han recibido sabiendo que no todo el mundo es capaz de darlo.

Puedo decir, sin duda, que recibí mucho más que lo que di. Nuestra función consistía en realizar una tarea de apoyo escolar en diferentes colegios de los bario más marginales e Asunción, así como el realizar actividades lúdico-educativos, juegos , talleres y participamos en los diferentes proyectos en el que también participaban las hermanas; Uno de los que más me sorprendió fue la creación y explotación de huertos partiendo de la basura que acumulan las familias en el terreno de sus casa para reciclar basura y luego venderla a los diferentes empresas de reciclaje de la ciudad.

 

Tanto el dinamismo de la gran ciudad de Asunción, como en la inmensa tranquilidad del paisaje rural de Santa María de Fe, pude conocer y encontrarme con personas del lugar maravillosas, con testimonios llenos de vida, esperanza y con un enorme afecto que dar y recibir. Testimonios que fueron autenticas lecciones de vida, quedando en mi menta frases tan en el olvido como: “La palta quita la libertad”, “Me alimenta más dar comida que comérmela”, “No quiero más que lo que tengo..”

 

En Asunción fui testigo de una miseria tan grande como grande era nuestra impotencia anta aquella curiosa mezcla de basuras, sonrisas, suciedad, sueños, desigualdades, esperanzas… Y en Santa María presencia la gran pobreza que puede esconder una naturaleza tan perfecta como es una selva en estado virgen.

 

Una pobreza humilde, cariñosa, alegre… que necesita manos fuertes y constantes, un acompañamiento cercano y una educación que les facilite acercarse a unas condiciones de vida más justas. También ésta fue la línea del discurso de Fernando Lugo, el nuevo presidente de Paraguay, en su toma de posesión, momento histórico que pude disfrutar rodeada de las gentes que ahora piensan que “el cambió no es imposible”.

Se que lo que me lleve de Paraguay es TODO. Me lleve la profundidad de sus miradas, que dicen que se iguala a la profundidad de su idioma, el Guarani. Un idioma tan profundo que al castellano le faltan palabras para alcanzarlo. Una mirada que me trasmitía un gran “IPORA” (estar bien y a pesar de todo ser feliz).

 

Me fui con esperanza y la confianza puesta en cada uno de los habitantes de Paraguay para que los sueños de los paraguayos lleguen a ser realidad.

Porque como dice una frase de Chesterton: “Lo más increíble de los sueños es que ocurren”

 

CINTIA BLASCO, Voluntaria de FISC La Rioja